Consejo de Administración

Activismo ESG: políticas de voto ESG para 2022

En 2021, fueron varias las empresas que vieron afectada su reputación por no contar con el apoyo de los inversores en asuntos ESG. En ese marco, ExxonMobil tuvo problemas por su falta de habilidad y decisión para incorporar diversidad étnica. Otro caso paradigmático fue el de Shell, que no logró el apoyo de los inversores en para aprobar su plan climático. A través de diferentes foros y documentos oficiales, todos los grandes inversores han expresado su opinión en los asuntos ESG y lo que esperan de las empresas en las que invierten. Las reglas de juego a favor de una sostenibilidad activa están claras, en definitiva, y esas son las coordenadas sobre las que se edificará la viabilidad empresarial del futuro.

Para que las empresas conozcan las claves de cómo sintonizar con las demandas y requerimientos principales de los asesores de voto y proxy advisors, Diligent ha colaborado con el equipo de investigación de Diligent CGI, para comprender en profundidad cuáles son las tendencias actuales en esa dirección que prima el cuidado del medio ambiente, el desarrollo social y el buen gobierno corporativo. El resultado de ese estudio se concreta en conclusiones que depara el análisis de las 726 empresas, de diferentes países y sectores,  que fueron el objetivo de los inversores activistas de ESG, desde enero de 2020 hasta septiembre de 2021.

2021-2022: los activistas ESG tienen cada vez más éxito en las Juntas de Accionistas 

2021 marcó un año histórico en el área en evolución del activismo de los accionistas. Varios hitos delimitan esa tendencia. Uno de los más importantes es la campaña de Engine No. 1, un activista estadounidense y un fondo de cobertura de inversión de impacto, que congregó la atención del mundo empresarial con su campaña para reemplazar a cuatro componentes del Consejo de Administración de ExxonMobil, a pesar de poseer solo el 0,02% de las acciones de la empresa.

Más casos relevantes. Cuando los grupos activistas presentaron una demanda contra Royal Dutch Shell en 2019, en nombre de 17 200 ciudadanos holandeses, pocas personas podrían haber imaginado el resultado de mayo de 2021: un tribunal dictaminó que el gigante petrolero tiene que reducir sus emisiones de carbono en un 45 % para 2030, en lugar del 20 % inicial que para ese fecha la petrolera se había comprometido a cumplir. Hablamos de un caso único en su género, que marcó un auténtico punto de inflexión en la batalla entre los activistas climáticos y los gigantes petroleros, al descubrir que la estrategia de mitigación de carbono existente de Shell “no era concreta y estaba llena de condiciones… eso no es suficiente”.

Los activistas, centrados en las empresas sin buenas prácticas de gobierno corporativo

Según el estudio de Diligent, el número de campañas de activismo ESG decreció entre 2020 y 2021. Sin embargo, su porcentaje de eficacia creció: el 13 % de las campañas de 2021 (1 de 8) tuvieron éxito, en comparación con el 11 % de 2020 (1 de 9), lo que señala un cambio en las actitudes con respecto a los compromisos corporativos con ESG.

Ese cambio de paradigma se expresa en que los accionistas están perdiendo la paciencia con el progreso insuficiente en el capítulo del desarrollo sostenible de las empresas. Sobre todo, porque se ha demostrado que una estrategia bien estructurada y documentada para mitigar y combatir el cambio climático tiene un impacto positivo en los resultados comerciales. En esa dirección, los inversores se toman más en serio que nunca hacer que las corporaciones rindan cuentas en áreas como el cambio climático y el medio ambiente.

En ese sentido, el informe que hemos elaborado señala un dato muy elocuente acerca de cómo el activismo ESG ha afinado sus denuncias durante el reciente 2021: sólo el 11 % de las empresas que fueron objeto de sus cuestionamientos poseía antecedentes de cumplimiento, y sólo el 19% de esas organizaciones había implementado tecnología en sus procesos de trabajo para aminorar el cambio climático.

El activismo ESG se ha enfocado mucho recientemente en los planes de retribuciones 

Otro área del buen gobierno en el que el activismo ESG está incidiendo notablemente es el capítulo de las retribuciones del Consejo de Administración y de los ejecutivos que dirigen la empresa. En años relativamente recientes, las empresas podían contar, a menudo, con recibir respaldos de los accionistas en torno al 90 % a sus planes de compensación salarial.

Sin embargo, esa complacencia con las altas políticas retributivas de la dirección parece haber virado radicalmente. No obstante, todavía hay algunos casos de organizaciones que se resisten llamativamente a ese cambio de tendencia en los planes de retribución. Es el caso de la compañía de cruceros Norwegian Cruise Line. Esta organización propuso incrementar el salario de su director ejecutivo de 17,8 millones de dólares a 36,4 millones en plena crisis generada por la pandemia de COVID-19. La propuesta no pudo ser más inoportuna: ya que se planteó en un momento en el que la industria del turismo se tambaleaba. Aunque encontró resistencias en la Junta de Accionistas, el CEO de esta compañía dedicada a los cruceros, Frank del Rio, duplicó su sueldo, pese a que la compañía reportó una caída del 80% de sus ventas anuales y una pérdida neta de 4.000 millones.

Casos así cada vez serán más difíciles de encontrar gracias a la pujanza de los requisitos Say on Pay (SOP). De acuerdo a los datos recopilados por Diligent CGI de 2021 en el S&P 500, las subidas de las retribuciones del equipo directivo de las empresas que integran ese reputado índice bursátil recibieron, aproximadamente, un 18 % menos de aprobación por parte de accionistas e inversores, lo que representa un mínimo histórico.

Cómo el activismo ESG está mejorando el gobierno corporativo de las empresas

A raíz de las acciones emprendidas por los activistas ESG en las Juntas de Accionistas de Chevron, Exxon y Shell, estas tres empresas han fijado objetivos de reducción de carbono exponencialmente mayores. Así mismo, el activismo ESG ha contribuido a fortalecer la diversidad y el equilibrio de género de los Consejos de Administración de esas tres organizaciones. A medida que los accionistas ponen cada vez más la atención a los criterios ESG como un parámetro de productividad comercial y resiliencia empresarial, las empresas deben captar e incorporar esas tendencias de una manera rigurosa en su gobernanza corporativa, organización, funcionamiento y proyección social y medioambiental. De esta manera, fortalecerán su viabilidad económica, aumentarán su reputación y se fortalecerán contra un mayor activismo ESG en el futuro, cuya influencia (así lo apuntan todos los indicadores sociales y medioambientales) seguirá creciendo en el futuro.

Diligent puede preparar a su Consejo de Administración desde una óptica de activismo ESG para 2022. Obtenga más información sobre nuestra solución ESG y descubra con más detalle cómo podemos ayudarle. Entre otras funcionalidades, nuestra solución Diligent ESG se ha concebido para apoyar a los consejeros y a los directivos a establecer objetivos nítidos sobre ESG. Además, permite desarrollar un seguimiento del progreso de esos indicadores y que las promesas se conviertan en resultados tangibles a largo plazo.

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