Gobierno corporativo

La figura del Consejo Asesor

Cada vez más observamos cómo organizaciones de todo tipo se deciden a crear un Consejo Asesor que les sirva de apoyo en la toma de decisiones estratégicas. Se trata de una figura que puede aportar mucho valor si está bien orientada y que complementa a los órganos de gobierno de la entidad.

En primer lugar hemos de tener claro que un Consejo Asesor no sustituye al Consejo de Administración. La principal diferencia consiste en que se trata de un órgano de carácter consultivo, cuyas recomendaciones no tienen carácter obligatorio, es un órgano de deliberación pero no de decisión. Por tanto, los miembros del Consejo Asesor no tienen responsabilidades legales sobre el devenir de la empresa y las decisiones adoptadas, lo que ofrece un margen más amplio de opinión y discusión como veremos.

Esto se ve reflejado en la remuneración que reciben sus miembros, que siempre será sustancialmente menor que la que reciban los consejeros del Consejo de Administración. En muchas ocasiones, incluso se desempeña el cargo sin percibir remuneración alguna, simplemente se contribuye por prestigio, relaciones e identificación con el propósito de la entidad de que se trate.

La constitución del Consejo Asesor

Previamente a la constitución del Consejo Asesor es muy necesario una reflexión sobre la motivación que perseguimos, que objetivos debe cumplir el Consejo Asesor, si tendrá carácter permanente o temporal, en qué momentos y en qué materias necesitaremos su apoyo. De esta forma, teniendo claro por qué y para qué, seremos capaces de construir un Consejo Asesor que sea realmente útil y aporte valor.

Una vez delimitadas las áreas de asesoramiento del Consejo Asesor, será más sencillo la búsqueda de sus consejeros asesores. Profesionales de reconocido prestigio y amplia trayectoria, expertos en aquellas materias en las que buscamos consejo. A la hora de conformar la composición del Consejo Asesor se deben seguir criterios similares en diversidad y experiencia a los seguidos en el Consejo de Administración, de hecho sería muy deseable contar con una matriz de competencias para el Consejo Asesor.

Sobre el tamaño que debe tener, no hay una recomendación expresa, pero no debe ser muy numeroso para facilitar las discusiones y el intercambio de opiniones. Es muy común buscar en primer lugar al Presidente y de forma conjunta conformar un pequeño núcleo de tres a cinco personas que cumplan los criterios establecidos. Se puede dejar para un momento posterior, cuando el Consejo Asesor ya esté rodando, su ampliación en número de miembros.

La agenda y el número de reuniones son otras cuestiones que se deben establecer cuanto antes. El enfoque puede centrarse en temas concretos, normalmente de carácter estratégico, o ser más amplios. La opinión de un Consejo Asesor también sirve de gran ayuda en momentos cruciales de una empresa como una operación corporativa, un cambio de generación en una empresa familiar, la expansión internacional o tantos otros que necesitan una revisión profunda de la organización en su totalidad.

Las ventajas del Consejo Asesor

Una de las grandes ventajas que tiene un Consejo Asesor es que sirve como espacio de seguridad para someter a discusión y prueba determinadas decisiones antes de elevarlas a los órganos de gobierno. Debe garantizar la absoluta confidencialidad en los temas tratados y aportar información complementaria o diferentes puntos de vista sobre aquellos temas que se presenten, sirviendo de ayuda al primer ejecutivo en la toma de decisiones y en su elevación al Consejo de Administración.

Contra lo que pueda pensarse, la figura del Consejo Asesor no está reservada a las grandes empresas, cada vez son más las entidades que deciden impulsar este órgano, y del más variado estilo y tamaño. Lo hemos visto como apoyo a organismos gubernamentales, a filiales de empresas multinacionales, organizaciones humanitarias, empresas familiares, y el espectro sigue creciendo.

Resulta especialmente interesante su aplicación en el caso de las startups. De hecho, los primeros Consejo asesores se constituyeron en Silicon Valley en los 90 para apoyar el desarrollo de las empresas tecnológicas, desde donde fueron exportados al resto de USA y después a Europa. Al tratarse de organizaciones muy jóvenes y con crecimientos exponenciales, un Consejo Asesor puede contribuir de forma sustancial en muchos aspectos. Los miembros del Consejo Asesor aportan credibilidad y prestigio a la organización, en este caso son una vía extraordinaria de mentorización de los ejecutivos, pueden facilitar el acceso al mercado de capitales y la atracción de inversores, suelen tener una amplia agenda de contactos y aportan muchos años de experiencia. Sin duda, un gran activo para una empresa que está empezando.

Lo que queda claro es que contar con un buen Consejo Asesor refuerza tanto a los ejecutivos como a los órganos de gobierno. Para los profesionales que forman parte de él contribuir al éxito del proyecto es un aliciente en sí mismo, y hay una gran cantera de expertos dispuestos a dedicar parte de su tiempo a esta labor de asesoramiento.

Sin lugar a duda, es una oportunidad para acelerar el crecimiento y constituye en sí mismo una ventaja competitiva.

El Consejo Asesor, como el Consejo de Administración y sus comisiones requieren soluciones de colaboración seguras en las que puedan recibir toda la información de la empresa para tomar decisiones informadas y aconsejar con fundamento. Por ello, necesitarán contar con soluciones como las de Diligent. Descúbralas hoy mismo. 

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