Gobierno corporativo

Qué hacer ante el cese de funciones del presidente de la empresa

Como en la vida, dentro del ámbito profesional, los cambios son comunes. Por tanto, es normal que los puestos y las personas que los ocupen varíen con el paso del tiempo. Precisamente, esta es la razón principal de que sea necesario estar al tanto de la normativa vigente para evitar problemas y complicaciones. En el caso del cese de funciones de un presidente de una empresa, resulta imperativo no solo tener presente la legalidad, sino, también, un plan adecuado a ella.

Toda esa información, más que interesar al presidente (desde luego que la debe conocer), es esencial para los consejeros y el secretario del Consejo de Administración. ¿Cuál es el motivo? Se lo explicamos a continuación.

Las luchas de poder ante el cese de funciones de un presidente de una empresa

No debería de ser así, puesto que cada departamento, empleado o consejero, en lugar de perderse en intrigas, tendría que concentrar todos sus esfuerzos en realizar, de forma correcta, su actividad.

Sin embargo, la naturaleza humana es muy dada a las luchas de poder y la vida empresarial no es una excepción. De hecho, en multitud de ocasiones, lograr el recomendado equilibrio entre presidencia, Consejo de Administración, consejeros, dirección y accionistas se asemeja más a un ajedrez que a lo que debería de ser un entorno profesional.

Alcanzar el mencionado equilibrio es fundamental para que la empresa salga adelante. Imagínese, por ejemplo, que la compañía se quedase sin presidente por una lucha de poder. Duele la cabeza de solo pensarlo, ¿verdad?

Por tanto, desde Diligent, recalcamos la importancia de dejar las rencillas, favoritismos o desencuentros pasados a un lado para que todos esos conflictos se queden en la calle y no dinamiten la toma y puesta en marcha de decisiones y acciones vitales para la continuidad de la empresa.

Para que los problemas no afecten las labores del Consejo de Administración, conviene disponer de un trabajado plan de manejo de crisis y conflictos internos. Recuerde, la estabilidad de la compañía depende de las estrategias de solución de problemas, no de la generación de los mismos. Y tampoco se olvide: los intereses del negocio son la prioridad, no los particulares de un sector del Consejo de Administración.

Eso sí, que cada persona se centre en sus obligaciones, orientadas al beneficio corporativo, no quiere decir que no se den situaciones en las que resulte imperativo que se produzca el cese de funciones de un presidente de una empresa. A veces, será necesario por incompetencia y, otras, por diferentes motivos (fuerza mayor, enfermedades…).

¿Qué debe hacerse ante el cese del presidente? Respondemos esta pregunta en el siguiente apartado.

Cese de funciones de un presidente de una empresa: el plan de contención

Ya se lo hemos dicho alguna vez, pero se lo repetimos: es mejor prevenir que curar. Por ello, la mejor medida de prevención de crisis incontrolable ante el cese de funciones de un presidente de una empresa es que en los estatutos de la misma se defina, claramente, qué se hará en casos de cese de la presidencia o algún puesto importante.

Las empresas que sí cuentan con este mecanismo señalan que cuando se produce el cese definitivo o la renuncia del presidente, el vicepresidente primero deberá, en el plazo más breve posible (jamás superior a 20 días hábiles), convocar al Consejo de Administración para proceder a la elección de un nuevo presidente.

Aquí es menester que siga los procedimientos al pie de la letra para asegurar la firmeza de la elección. El tiempo es dinero y eficiencia y, por eso, es tan importante que no se alargue la convocatoria a reunión del Consejo.

Papel del vicepresidente en el curso del cese de funciones de un presidente de una empresa

En general, está muy extendida la idea de que el puesto de vicepresidente carece de importancia. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. De hecho, uno de los momentos en los que se evidencia su utilidad es cuando se produce el cese de funciones de un presidente de una empresa.

Si no fuese por el vicepresidente, el Consejo de Administración quedaría descabezado per secula seculorum porque solo a él le corresponde convocarlo. Según el tamaño de la empresa, puede haber 1 o 2 vicepresidentes. Además de estar al pie del cañón cuando el presidente cesa de su cargo, la figura del vicepresidente también tiene otra obligación, la de sustituirle en caso de baja por enfermedad o ausencia puntual.

Como ha podido ver, la mejor manera de que el impacto por el cese de funciones de un presidente de una empresa sea lo más liviano posible es tener presente la normativa, olvidarse de rencillas y contar con, al menos, un vicepresidente. Si suma estos 3 ingredientes, tenga por seguro que su compañía tendrá un presente y futuro prometedores.

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